El agua en la Vera, despues de las lluvias de noviembre, convierten las gargantas y cascadas en algo que impresiona, llena todo
de vida, como en la chorrera de la Ventera, donde tuvimos la suerte de contemplar unas cuantas cabras montesas al pie de la chorrera,
o la garganta de San Gregorio en Aldeanueva de la Vera, llena de color.
También la garganta de Pedro Chate en Jaraíz, estaba a punto de rebozar,
o la de Cuartos, en Losar de la Vera, preciosa bajo el puente romano,
y en la de Minchones en Villanueva, también corría el agua, ofreciendo un espectáculo inolvidable.
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