En El Melojar hay infinidad de pájaros preciosos

La oropéndola, Oriolus oriolus (Golden oriole), es un pájaro que llama la atención, pues su plumaje tiene un color amarillo intenso que contrasta con la cola y alas negras. Cuando vuela y le da el sol da la impresión de que un trocito de oro está volando. Tiene un canto  

muy escandaloso, tipo aflautado, y parece juguetear volando. En la finca hay unas 6 parejas anidando y se dejan ver por la mañana temprano y por la tarde, aunque se las oye durante todo el día, son muy difíciles de fotografiar ya que son demasiado inquietas y desconfiadas

El rabilargo, Cyanopica cyanus (Azure-winged Magpie), sin embargo, es más numeroso, parece una pequeña urraca vestida de azul y gorro negro. Suele ir en grupos y se ayudan mutuamente cuando se encuentran en peligro, como por ejemplo, cuando un gato camina cerca de algún arbol donde anidan, emitiendo unos sonidos muy ruidosos y sobrevolando al gato como si fueran camicaces. Saltan por el suelo y buscan debajo de las hojas su alimento.

El carbonero común, Parus major (Great tit), también es un "huésped asiduo" en nuestra finca. Es pequeñito y coloreado de amarillo, azul, negro y blanco, que parece tener una "elegante" corbata negra. También tiene un canto muy musical y es bastante confiado, tanto, que todos los años, un par de parejas anidan en el porche de casa sobre la viga que mantiene el tejado. Se turnan para alimentar a los pequeños con gusanos y no paran de entrar y salir del nido.

Hay muchos más pájaros que viven aquí como el mirlo, con sus divertidos movimientos cuando canta, cambiando el tono y ritmo de su canción a cada momento, o el ruiseñor,  que le encanta dar sus melodiosas serenatas por las noches y a uno no le apetece irse a dormir, pues parece que hipnotiza con su canto.

También habitan los cucos, las abubillas, chovas, herrerillos, petirrojos, gorriones y aves más grandes que suelen sobrevolar la finca, como las aguilas culebreras, milanos y otras que aún no he podido identificar.
El sonido de los diferentes pájaros embelesa y es un verdadero placer poderlos escuchar sin otro ruido que entorpezca sus melodías.